Me pierdo en noches, donde no duermo. En la soledad de mi corazón, donde, no te encuentro… entre mis sabanas, mientras los días pasan. Mas calla el silencio y más suenan los pasos a eco. Caminando a lo lejos, en pasillos eternos sin puertas, y sin luz al final de mi sentido. Los desvíos son
Desechando partes innecesarias. Vaciando mi vida de mí, y mutilando el pasado… borrando… olvidando… Dejando todo menos el resto, y lo que queda de mí. No siendo, ni mucho menos, algo importante. Dejándome a lo lejos, todo, excepto… Y perdido en la nada, prevalezco en olvido, insignificante y muerto, envuelto en silencio, con mi voz
Veo, la luz a lo lejos, y quedo, inmerso, en mi mundo lleno, de eco… Veo, miles de caminos por los que muero, y encuentro, silencio, entre pasos, y versos… Lleno, entre agujeros, derramándome por dentro, no veo, final a pasos, ni encuentro, lógica, al que miro a mi lado… Y segundos quedan atrapados, y
Y se pierde el tiempo, pasa, y se va corriendo. Los años marchan, y tan sólo quedas tú como pilar. Siempre igual, siempre en pie, hasta que algún día caigas. Roto en lágrimas, hasta que tu cabeza alza, se de cuenta que así debió ser, o no hubiera habido camino. Los días siguen amaneciendo a
Caminos perdidos… Decisiones al delirio… Vida sin destino… Incrédulo de mí mismo… Un mundo vivo, yo muerto vivo. Preso de mi sentir, castigo de corazón en pecho pequeño. Respiro, es lo que intento, respiro, manteniendo el pulso, firme ante mi destino. Incrédulo de uno mismo, error del que no quiere ver, e insiste en vencer.
Girarse por un beso, aún dormido, sin saber del mundo. Tu rostro borroso reflejo, de mis ojos… no todo está perdido. Vivo, un sueño perfecto, en vivo. Dure lo que dure, que dure, el resto, sólo son penas, y lágrimas. El tiempo caminará a la autodestrucción, de mi cuerpo. No sin luchar, no sin odiar,