John Q a su hijo […] Cuando te propongas hacer algo… cuando te propongas hacer algo, hazlo, porque tu palabra es tu promesa, hijo, es todo lo que tienes en la vida. Sobre el dinero tú puedes hacer dinero si trabajas duro y muy fuerte, si tienes que perderlo o ganarlo, el estudio te puede sacar
Ciclos se repiten, en años que deciden… en pasos, predices, que no es cuestión de quedar atascado. Te abres paso. A través de los años. 24/7 y pronto serán 28. Y te sigue faltando el aire. Y me siguen faltando horas. Siempre seré un ladrón, de sueños, que quedan sin soñador, porque los condeno a
Cuántos caminos, he seguido. En noches desquiciadas donde sueños no llegan. Donde, la vida, se escapa, en suspiros y una mirada perdida en el pasado. Te busco, y eres voz. Te necesito y sin embargo, aunque sea complicado, respiro. Y vivo, y sonrío. He, aprendido, el sonido del silencio entre ausencias. Mientras, hay noches donde
¿A qué esperas?, ¿a ver las llamas de políticos gritando? La guerra no es la solución, la solución es la resistencia, arrogante, para encontrar la certeza de que ellos no van a ganar… levanta hijo mío, y resucita a la lógica, que las lágrimas son de aquellos que lloran por no tener nada que comer…
Ciclos de días que se repiten… en un mundo, lleno de letras por explorar, sonrisas por dejar. Una vida que vivir, y más allá, el temor de la nada. Un vistazo atrás, y todavía queda mucho por andar. Quedar pensando, que la derrota o la huída ya no es una opción plausible. Como mirar el
Pisar… hasta el crujir. Mientras el camino viene y va, gritar. Estoy tras, el silencio, de noches sin sueño. Atrás, después del firmamento. Donde todo es negro. Y los versos, susurros. Y los sueños, besos. Y los besos, latidos. Y mis latidos, tus suspiros. Y miro, el horizonte, perdido. Y me dirijo, rumbo fijo a