Y resulta inquietante la impotencia en la que te encuentras al observar a los jóvenes de hoy… y ver como se labran uno des sus peores futuros que puedan labrar. No es que yo sea muy viejo, ni que sea especialmente muy joven. Pero realmente mis valores están mucho más arriba que un amplio porcentaje
En noches eternas, todo encuentra su fin. Entre pensamientos de incertidumbre, no quedan segundos para la calma. Tu cabeza se llena de tic tacs inútiles, que eres incapaz de parar, pero que se dilatan en noches, justo lo suficiente, como para hacerte quebrar. Y roto, te desbordas por las grietas, sintiéndote indefenso, en la seguridad
Soy, olvido, en mi vida. En pasos de terquedad. Tan inseguros en mi interior. Que soy un error para tu intuición. No soy más que una caja de seguridad, dentro de otra, y otra, y otra… con tan sólo interrogaciones que no encuentran respuestas a nada, dentro. Y no te dejo. Y no me dejo.
Vivo por inercia… En un estado de agotamiento, y pereza. Hoy me dejaré caer… antes de lo normal. Y dormiré. Mañana seré yo. Y pasado estaré aquí. Tal vez no llegue a controlarme, pero sí sé cuando he de rendirme. Y este momento, es tras el silencio, lo único que me queda. Yo, tras el
Dolorido ante el paso del tiempo, encorvado entre códigos, matando horas para no pensar. Alzo la cabeza y me come la madrugá, que ya pega bocaos a mansalva. Casi me trago mi cuarto de un bostezo, pero mañana en planta temprano. Todos los días perdiendo, horas de sueños… todos los días durmiendo por los rincones
Dime por qué, he de creer más allá de lo que veo. El mundo siente, y yo siento no poder estar presente. En cuerpo y mente, deseo encontrarte, pero no te tengo. Camino ciego, en un mundo lleno de trastos por los suelos. No importa, le empiezo a coger gusto al suelo. Me arrastro por