He vivido tantas vidas antes… que allá en mi recuerdo, quedan instintos de lobos viejos. La lluvia, nunca fue un miedo, porque aquí dentro siempre hubo lágrimas y nubes negras, sin remedio. En el silencio del eco, es tu consciencia la que queda presa de tu deterioro ejercicio ante el delirio. No he dicho, pero,
Perdí toda razón de mí, cuando no pude convertir las horas invisibles en visibles. No soy mago de ojos, ni llego a leer las mentes, pero por mucho que lo intente… no es lo que me preocupa encontrar para el día siguiente. Estoy por ver el lado positivo de las cosas, pero deben ser esferas
Tras el paso del tiempo, mis gestos, mi vida, mi aquello y lo otro, se los lleva el viento… las lágrimas quedan en gestos, mis gestos en saliva que trago, y mi tiempo, en algo que prefiero tener ocupado. Mañana tengo que pensar que levanto, que pase lo que pase en el mundo, sigue hallándose
Y el silencio se queda al impedimento que las palabras quiebran al no tener capacidad de hacer… a la ineptitud de viajar miles de kilómetros en esencia, pero saber a poco… a la cara de bobo, al sentirte enamorado de la voz que promiscuamente imita en cualquier teléfono… y tú, sólo quieres darle un beso.
En actos de silencios, de hechos para avanzar al respecto… en soledad, de avance y respirar; de respirar y andar… el mirar queda atrapado en lo lejos al pensar. Mientras todo carece de verdad… todo se verá. Del papel a la verdad, de las letras o trazos a la realidad… el salto sólo cuesta tiempo,
Tus mentiras morirán con tu vida… Perderán su ira… Verán la luz cualquier día… Mis mentiras no existen, la vida, queda presa de la verdad, la ira, queda atrapada en mi respiración, no hay razón, por la que no… no hay razón… Ya soy dolor, completo, no busco más por ello, y pierdo, retirado, exiliado