Dime ¿de qué sirve ser poeta en tierras ajenas, en un lugar donde la mirada se pierde buscando letras, cabezas? Desesperas… y la falta de fuerzas es tu lema, competición, si no hay rival no hay don, y poco a poco crezco pero lento, ante la actitud de años en los que los escritos siguen
Necesitas mantener la esperanza… de que levantarás por la mañana, que sonreirás sin necesitar nada… mirarás al cielo en vez de la tierra, y caminarás con un propósito y no vagarás por un desierto… echo de menos besos, caricias, mi corazón latiendo tan fuerte que quisiera dejarlo marchar de mi pecho… miradas que hacen desaparecer
Muerto… corazón roto y revuelto… solo… entre pensamientos… si quisiera, y no tuviera tanto miedo… ¿qué miedo? Al que sé que nadie pulsará el botón rojo, que los malos sería yo, que el bueno me dejaría morir… que si existe un Dios lo pillaría ocupado en el otro lado… que si no existe, pediría que
Un día escribiré una carta que empezara así… como la que aquí voy a comenzar a escribir… siento deciros que decidí irme, no física pero sí psíquicamente de aquí… volé y desaparecí… me harté de escribir la mierda que había dentro de mí, y decidí dedicarme a comerme mi mierda para sucumbir antes, y morir
Es una guerra con texto, palabras que son lanzadas como granadas, mutilados que andan por la sociedad camuflados, depresivos humanos que se hunden en la tristeza que ellos mismos se han cavado… una declaración de libertades invisible, nulo ante la ley, ante la política, sus juegos a mí no me sacan de esta mierda, mientras
Qué importan deseos, sueños o objetos… qué importan las ideas que caen, los sentimientos que lloran, las lágrimas que escapan de ti… los mocos, se te acumulan en el cerebro, no sabes que pensar cuando tú eres tu propio problemo, lucho contra mi cerebro, y debería dedicarme a romperlo… golpearlo contra una pared hasta dejarlo