A veces la vida en sí es una prueba a superar… a veces, sólo el hecho de pensar qué haces en este lugar, o quién es toda esa gente que te rodea, te paraliza… te agobia, y te hace sentir muy débil y pequeño. Las acciones se relentizan en tu mirada, y flashes de circunstancias
Golpes de razón contra golpes de corazón… destrozado por vos, yo no soy yo, soy otro, que ha quedado relevado a un segundo plano, ya no pienso, ya no respiro y ni siquiera te quiero… pero, tal vez este triste sentimiento no sea algo particular, sino algo general que lleva ya mucho tiempo aquí dentro…
Suspiros… al viento mientras reviento, caigo en desiertos y no encuentro playa que me haga ver el horizonte de nuevo. Versos que crean enredos en mi cerebro, mastico dolor y escupo sangre, me muerdo la lengua y mis ojos están a punto de salir de sus cuencas, se me perforaron los tímpanos, y perdí todo
Si las señoritas no fueran nuestra tortura, poetas no escribirían poemas para ellas… escondemos nuestros secretos bajo llave, nuestras manos golpean el teclado suave, y a falta de ordenador, yo sigo escribiendo con mi letra de niño pequeño… la voz me sigue temblando cuando te hablo, y mi mirada es desviada por la tuya fusiladora,
Sentado con frente en un teclado, no podrás luchar contra este que aquí deja su mente, yo escribo versos solamente, me importa una mierda tu visita, tu vuelta o tu opinión… si esto lo escribo para mí y yo me leeré dentro de unas décadas para saber y tener razones para no suicidarme… y seguiré
Y es en momentos como este, cuando mi alma se resiente… pierde, toda fé en versos y personas y se detiene, yo no castigo a quién me decepciona, pero si pierdo toda confianza en personas… hoy te he mirado a la cara, y no me ha importado nada, estoy tan cansado que no merece la