Te marchas…
Bajo claves, de teclas, que resuenan como notas en tu cabeza… como la tristeza, que cuando te das cuenta, te encuentra soledad, roto en mil pedazos en la tras-cabeza. No, no abras la puerta, que se escapan los latidos, con los suspiros del viento; que se congelan tus lágrimas, cristalizan y viajan, intravenosas desde los