Y la ciudad suelta un suspiro que en vez de aire es fuego que quema tus pensamientos omitidos… yo despierto de mi vida, y ahora tengo que medir mis palabras, medir mis distancias, medir mis colmillos, medir mi alma por si acaso te matan… ya no me importa, y no diré nada, no me importa
¿Cuál es el color de estos pensamientos? Perdido e inmerso, caminamos desunidos queriendo arreglar la vida por nosotros mismos, seres egoístas, perdedores, traeremos melancolía y suspiros a vuestras vidas, miraremos el futuro con desilusión y caminaremos perdidos e indispuestos en estos delirios. Y mientras, seguiremos perdiendo hasta la poca dignidad que nos quede, porque ya
Se crean vacíos por las pérdidas… no encuentro razones para completar mi conciencia, ni motivos para entender esta vida… se me acortan las palabras y los suspiros me envenenan, las miradas se alejan, y mi presencia ya no es más que ausencia… no hay complicidad en miradas furtivas entre personas desconocidas, que vagan a la
Tras la oscuridad viene el vacío… Tras el miedo, la ausencia… Tras las ilusiones, la desilusión… Y mientras muero en suspiros… No siento haber ganado, sino perdido… Derrotado y hundido, tras acabar conmigo… He sucumbido tras desaparecer… Y ahora tengo que cambiarte el nombre, y el cuerpo, para tenerte conmigo… Y he decidido… Dejarte ir,
Heme aquí, desnudo de mí, y delante de ti, sin saber aún que será de mí. Heme aquí después de morir y descubrir que para vivir, sólo hay que desear no existir… y estuve allí, viéndote a ti, y perdí los suspiros que se quedaron retenidos admirándote, perdí latidos que gritaban tu nombre, y deduje
Suspiros… al viento mientras reviento, caigo en desiertos y no encuentro playa que me haga ver el horizonte de nuevo. Versos que crean enredos en mi cerebro, mastico dolor y escupo sangre, me muerdo la lengua y mis ojos están a punto de salir de sus cuencas, se me perforaron los tímpanos, y perdí todo