Últimamente no me gusta lo que escribo, es un suicidio lectivo… tinta que cae abajo en el olvido, borrando entre líneas, muchas vidas… y tal vez más depresivo son, y don no existe sino sólo sueños que se van perdiendo con el caer del sol… No hay nuevo día, sólo despertar de pesadillas para continuarlas
1- Si mi familia me hace daño (no físico) y me aíslo en mi entorno social… estoy solo. 2- Si cualquier pequeño síntoma de cariño se convierte en una balsa de madera para no hundirme… estoy solo. 3- Si prefiero quedarme en casa antes que salir, y nadie me saca durante un eterno fin de
– ¿Por qué no te gusta hablar? – Porque no… ¿te vale la respuesta? – ¿Por qué te alejas de la gente? – Porque quiero seguir siendo un depresivo y amargado con tendencia a pensar en el suicidio… y si tengo a gente a mi alrededor me distraerían del objetivo principal de mi vida. Nah…
La diferencia entre estar vivo y no estarlo, es dejar de luchar… dejarse llevar, y no querer seguir adelante… preguntarse para qué continuar y no encontrar respuestas… sólo un vacío tan grande que te asusta y te hace no moverte… y por tanto, morir. No es un suicidio propiamente dicho… es un acto involuntario, tu
Golpes de razón contra golpes de corazón… destrozado por vos, yo no soy yo, soy otro, que ha quedado relevado a un segundo plano, ya no pienso, ya no respiro y ni siquiera te quiero… pero, tal vez este triste sentimiento no sea algo particular, sino algo general que lleva ya mucho tiempo aquí dentro…
Es la desesperación de una mente perdida entre tantos, cuántos, no os habéis sentido perdidos en estos caminos y habéis deseado desaparecer por el método más rápido, cuántos… yo no estoy preparado, para salir al mundo y andar enfrentándome a tantos, por eso callo, espero al momento adecuado, pero cuando hablo, hago daño, por eso,