Puedo dejar aquí escrito, versos dirigidos a tu cuerpo… Puedo rodearlo con besos, y encontrarte entre kilómetros… No hay mares, ni océanos, no hay tierra, ni cielo… Porque cierro, los ojos, y es que te veo… no tengo, que perseguir sueños… tan sólo despertar, y verte de reflejo. No importa el agotamiento, ni ese parpadeo
Y entre el silencio, las noches eternas y mis sueños, poco a poco me encierro en mí, me abro en canal, rompiendo todo, hasta llegar, y encontrar, los latidos… aquellos que logro atrapar, aquellos que rebusco y rebusco para sacar, cuando la noche se hace tan larga… cuando los ojos cansados, se resisten… cuando lucho
Dulces versos, que a besos saben, dulces sueños que siempre me distraen, insomnio eterno para soñarte, despierto. Me muero, en días de lluvia, pero vuelvo junta a tu sonrisa, mi vida. Este camino, otro sería, si tan cerca estuvieras, que mi piel te cubriría durante estas noches frías. ¡Qué fácil, la vida, sería, si para
Allá a lo lejos, dejé a mi vida, siendo sincero, acá me siento con ella, cierro los ojos, y no más allá de mis sueños. Sé que el despertar será una pesadilla, cuando mis ojos te busquen, y tan sólo, no vea mis sueños, a mi lado. Acabar y empezar, para seguir renovado, y a
Y el tiempo en la noche suele ser mi eterno… falta de sueño, en ausencia, y en compañía del mismísimo eco… entre paredes me encierro, y escribo a pesar del peso, que debo soportar, sólo por estar… no encontrar no significa no encontrar… porque más allá del tiempo y del espacio, es paciencia, y a
Más allá del tiempo y de los kilómetros… entre silencios y hechos, siento que pierdo. Siempre que pierdo, porque falta siempre un poco más, de lo que quiero. Entre el eco de tus pasos, no queda más que seguir andando… más allá de lo que puedas creer, mas allá de los sueños que puedas tener.