Cuántos caminos, he seguido. En noches desquiciadas donde sueños no llegan. Donde, la vida, se escapa, en suspiros y una mirada perdida en el pasado. Te busco, y eres voz. Te necesito y sin embargo, aunque sea complicado, respiro. Y vivo, y sonrío. He, aprendido, el sonido del silencio entre ausencias. Mientras, hay noches donde
Pisar… hasta el crujir. Mientras el camino viene y va, gritar. Estoy tras, el silencio, de noches sin sueño. Atrás, después del firmamento. Donde todo es negro. Y los versos, susurros. Y los sueños, besos. Y los besos, latidos. Y mis latidos, tus suspiros. Y miro, el horizonte, perdido. Y me dirijo, rumbo fijo a
Perdido… Es un camino, que queda redimido, a pasos que quedan como cicatrices en la piel. Marcas de años de guerras, hasta que las armaduras se mellan. Las vendas son casi tu segunda piel, mientras, los pies son autómatas de la acción sin parar, que fue andar. No puede ser… que a pesar de llegar,
Arderé tras el show, quemaré mi dolor, y gritaré hasta romper mi interior… las letras serán esta voz, que corre del fuego y quiere escapar de este juego. Dolor, soledad, entre un camino donde el eco es lo que resuena de tus gritos en esta maldita noche eterna. No sé dónde está el final… no
He esperado tanto, tener algo… tanto, que nunca llega, que desesperas, y poco a poco el corazón te acelera… apenas, la respiración me deja, y me ahogo en este mundo que poco a poco me parece pequeño, donde, nunca te tengo. Eternamente, con soledad y paciencia… distancia, que nunca me deja, y el silencio, fuera
Versos llenos de besos, mi alma en suspiros que quedaban en el limbo de nuestros labios, ni un solo sonido, salvo nuestros latidos, todo ha desaparecido. El tiempo es vida, y mi vida esta a continuación de mis dedos, mis manos parte de tu piel, y el resto no importaba, nadie, nada. Sólo contigo, todo