Me encuentro, bajo toneladas de agua, ahogado en mi alma. Vacío de juegos, y sonrisas… en pasos de lágrimas, de cielos negros, entre cruces. Hay latidos en ausencias, miradas en silencio, música acompañándome… es que cada vez me siento más cadáver, y a pesar de ello, veo en mi reflejo, que ahora entiendo… No me
Trato de buscar, entre el silencio y esa soledad. Busco más allá, donde los sonidos no están… más adentro que el propio mar, más profundo que el mismísimo infierno. Acá adentro, donde el ruido de latidos, y el resquicio de calor, me mantiene vivo. Donde, si respiro, tan sólo me saben a suspiros, y el
Versos en la noche, tras el tic tac, que no deja de sonar… plena oscuridad, estas cuatro paredes, no me atraparán. Mi mente escapa, y vaga, por entre kilómetros para volver en la mañana. Viajo en el tiempo, pierdo los nervios por momentos, pero, entre el inspirar, son suspiros los que se van… y mientras
Mas allá de mí, de mi interior… mi vida, mas allá del tiempo y de todo aquello que va aflorando hacia fuera. Existe ese interrogante donde te conviertes en nadie. Y la ausencia es aquello que poco a poco te mata. El agotamiento, la guerra continua contra tus decisiones, y todas sus consecuencias… llegan en
He muerto tantas veces… cada una en las que mis noches se hacen eternas entre letras. Mi vida está completa, cuando no escribo aquí mis penas. Pero en plena, luz de noche, mis ojos ya no esperan al sueño. Tengo pesadillas, a lo largo del día, y la lógica es algo que escapa a mi
No es suficiente… cuando el silencio se extiende, en noches crecientes. Conociste sólo el agotamiento como cura, pero… la locura, es el paso a la calma que precede mis pasos. Llego a ser arrojado por tantos acantilados cuando la mirada desde lo alto, divisa lento el pasar del tiempo hasta el horizonte donde se esconden