Cuántos versos debo sufrir… cuántas, noches, debo cruzar, para combatir mi soledad… cuánto silencio, debo soportar, para no olvidarme de mí. Cuánto debo demostrar, para abrir mis ojos, y ver la realidad… cuántos, latidos, tengo que suspirar, para quedarme, sin trocitos que romper… cuántas, lágrimas, es este camino en ríos, que no tienen fin… Dime,
Cuanto silencio he tenido que soportar, cuantos ecos he tenido que escuchar, entre paredes gritar desesperado, y a pesar de todo, no encontrar respuestas…. Entre pasos de madrugada, y palabras de locura, me dije… Yo vivo para ser encontrado… Y así fue… siempre… Y fue, que me di cuenta, después de tanto que he gritado…
Levantamos… después de miles de caídas, seguimos andando… a pesar, de los pesares, no nadando… caminamos ahogados bajo mar, y a pesar de la tempestad, guardamos las lágrimas bajo la capa salada que nos atrapa… no soltamos, mas que silencio que queda como respuesta, a pesar del tiempo y la voces que gritan… ya no
Escribo caminos, pasos de otros, y olvido, mi respiración o el reflejo del espejo roto… a trozos por los suelos, a versos en noches de silencio… viendo-me entre el tiempo pasar, más lejos otra vez… escapar, a pesar de no llegar… sin saber, que tal vez más allá de la oscuridad, es esa soledad, que
Versotitis de letras que se descaman por mi camino, y hemorragias de tiempo que me dejan sin tinta. Yo camino, igual que tu caminas… pero tus pasos, no son los de mi vida, y mi vida, lleva la impresión, de mis pasos… Impronta de hechos que jamás supe, en el arte de la supervivencia, el
Y semanas pasan… días se encienden y se apagan… entre ecos de pasos andas… entre gritos de palabras que se marchan. No son saltos sino milímetros, no es gente, sino versos a solas… es tu vida, en constante cuestión, por los demás… y el silencio es respuesta, los pasos, consecuencia, y el resultado, es la