¡Ya!… no hay tiempo para pensar…
Y después de poco tiempo, vuelvo… me encuentro desierto, rodeado de lágrimas saladas que no pertenecen a mi mar, y siento, como si mi sal no tuviera su turno y me hubiera quedado deshidratado… mi corazón escuchimizado, mi cabeza al borde del despegue, y mis pies clavados en el suelo… eres fuerte porque no te