Pisar… hasta el crujir. Mientras el camino viene y va, gritar. Estoy tras, el silencio, de noches sin sueño. Atrás, después del firmamento. Donde todo es negro. Y los versos, susurros. Y los sueños, besos. Y los besos, latidos. Y mis latidos, tus suspiros. Y miro, el horizonte, perdido. Y me dirijo, rumbo fijo a
He salido y ahora camino, por carreteras donde tan solo me dirijo… no hay enemigos, ni amigos, es el silencio el que camina conmigo. Vivo, respiro, me muevo en un sólo sentido, y no permito giros, de 180 grados, en mi camino. No importa cuánto creas que llevas de camino, soledad, estuvo conmigo, y me
Esperar… me he pasado la vida esperando vivir, y sigo esperándote. Pero es, como saber el punto de encuentro. Sé el tiempo, los minutos… sé los segundos que quedan, cuánto tardará cada medio de transporte, cuántos días, cuantas semanas… sé, el recorrido de mis pasos y de tus pasos hasta juntar de nuevo nuestros labios.
He perdido, la soledad del tiempo… el silencio de un suspiro, y la luz de la noche… he, dejado latidos en hielo, y el aire, sólo ha hecho salir. De rabia, a gritos, he maldecido, cada noche, que sintigo, me he despertado. No he dejado nunca de perseguir lo que siempre he querido… y no
Siento este dolor, a falta de respiración… donde el sueño tarda por alguna razón… donde, dejarme descansar, queda retenido por algún motivo. Sin encontrar, latidos para tantos suspiros. Noches quedan en pause, cuando el silencio es combatido… ánimos en desfase, y decreciendo… esperanzas decayendo… nervios increchendo… cuando latidos se disparan sin permiso. Vivo, a falta
En las noches de silencio, la oscuridad es mi única luz, la soledad es mi dolor que me encierra por dentro. Latidos resuenan a lamento, gritos entre pesadillas, despierto… no saber dónde estás y tardar en ver más allá de la realidad que te obliga a soportar. Puedes intentar, ser un soñador más, pero la