A veces el dolor… los sentimientos… el sufrimiento que guarda dentro una persona, es tal, que uno no llega a imaginar el l?mite al cual uno puede llegar… Jugamos con vidas, jugamos con los derechos para amasar un objeto que si no fuera por nosotros no tendr?a ning?n valor… nos matamos por dinero… declaramos guerras
1ª Parte El asesino se encontraba en una tétrica sala de interrogatorios de la cárcel de máxima seguridad de algún lugar de Japón. Su aspecto era muy penoso, su pelo sucio y grasiento, muy largo, cubriéndole la cara. Era de un gris viejo, pero era difÃcil adivinar su verdadero color, pues más bien parecÃa negro
Hay momentos en los que te sientes solo, momentos en los que piensas que nadie se acuerda de ti, y te desesperas. Tu cabeZa se hace preguntas e intenta autoenga?arse para no sufrir. Pero dentro de ti sabes la verdad, aunque la intentas ocultar para hacer m?s llevadera la realidad. En estos momentos me siento
He pasado por la desesperaci?n de reclamos, de mis reclamos que ten?an la fuerza de mis gritos ahogados. He pasado por momentos vac?os y fr?os, llenos de tristeza y llenos de martirio? Te he culpado por mis frustraciones, por mis desencantos; te he culpado por mis errores y por cada l?grima que de mi brotaron?
Perdido entre las horas… entre los espacios de las palabras, y entre las lineas… mi mente se pierde y se aleja del escritorio que me encierra… yo quer?a salir fuera… yo quer?a estar con ella… pero… siempre hay peros… Asumir que mi realidad est? determinada, es algo que no me gusta nada… pensar que soy
Todos nosotros hemos pasado muchos dias o semanas enteras sin recibir ning?n gesto de cari?o del pr?jimo. Son momentos dif?ciles, cuando el calor humano desaparece y la vida se reduce a un arduo esfuerzo por sobrevivir. En esos momentos en que el fuego ajeno no le da calor a nuestra alma, debemos revisar nuestro propio