«No quiero comer, no quiero dormir, no quiero respirar, hasta ver lo que mis ojos quieren ver. Y lo único que quiero ver, es a ti dormir, en la maldita suciedad…» Mi mente es sucia, maquiavélica, calculadora y fría, encerrada en pensamientos que me rodean, mi cabeZa se vuelve loca, y las horas son eternas…
Voy a respirar… a respirar tan hondo, que mi cuerpo haga estallar… entonces te verás bañado de la sangre que me está matando… mi cabeZa sigue distorsionando esta realidad… sigo soñando y no aceptando lo que mis ojos están mirando… mis oídos escuchando, cosas que jamás querré aceptar… no voy a aparentar algo que no
No estoy curado, lo sé, pero aún estoy aquí, lastimado… sangrando, pero sin llorar y sin gritar.. no dejo de caminar, y eso es lo que hago… no tengo tiempo ni para pensar que aún dejo pisadas de sangre por donde camino. A veces alto, a veces bajo, a veces cansado, a veces desmotivado, a
mmmm dulces y sabrosos… cuantos recuerdos buenos… cuantos ojos cerrados al empeZar… y abriertos antes de acabar… mmmm dulces y sabrosos… que te hacen temblar… que te dan escalofríos… y pides más… que incluso puedes jugar… mmmm dulces y sabrosos… rojo sangre se perfilan… para matar… placer mientras las caricias… te hacen mía… placer en
Estado de estrés, éxtasis que te hace dejar de ver, caminar sin rumbo otra veZ, sentir el golpe de tu coraZón en tu pecho, que aún sigue luchando por seguir golpeando… tanto, que te crea un tremendo dolor de cabeZa… sueños… ¿dónde se perdieron? En el camino de los pasos perdidos con estrellas en el
Hoja parroquial Aleluya, que edita el Arzobispado de Valencia, por el catedrático de Teología jubilado Gonzalo Gironés. A «Nadie ha confesado qué hicieron las víctimas, que más de una vez provocan con su lengua». «El varón, generalmente, no pierde los estribos por dominio, sino por debilidad: no aguanta más y reacciona descargando su fuerza, que