¿Y qué más?
Un nuevo amanecer aflora. El volver a abrir los ojos después de unas horas, y te aferras a la realidad porque no queda otra. Mientras tus propios fantasmas lloran, no queda más que consumirse. Yo vi un lugar donde dejé de existir, permití la ausencia en mi interior, y sobreviví… ahora, me alejo de mí.