Tres minutos…

Perecederos colaterales, vocablos en el aire, políticos gritando, un pueblo llorando. Librando, una lucha por esta cárcel, entre el que aprieta tu cuello, hasta la asfixia, en prefase, para el desfase, para la debacle, de castillos que caen del aire. Ahora, el pueblo, inundado en escombros, en daños, se escuchan sollozos… niños perdidos por kilos 

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