Yo escribo… no controlo. Me controla el dolor, por eso odio mi método. Me odio, porque escribo queriéndome borrar. Aceptar, la censura y olvidar, que no soy yo el que piensa, pero, es la música la que me lleva. Mis manos se van y golpean… teclas. Silencio, la imagen te martillea en tu cabeza, no
Miles de caminos, callándose en tus pasos, miles de adoquines quebrados, llorando por el soporte de tus pies. Tanta gente a la vista y la soledad amplia es lo que divisas. Mientras me pierdo en respiraciones, contando cuántas llevo sin volverme loco… manteniendo ciclos y ciclos, abiertos, sin desistir a dejarlos ir, mientras la posibilidad
Dentro de este latido… mi pecho retiene a mi corazón… de perderse en busca de tu encuentro… El tiempo se hace eterno… mientras versos invaden cabeza y cuerpo… mientras en parpadeos me mareo… me invade el cansancio… y ni siquiera puedo dormir sereno… Largo es el sentimiento… de sentir que pierdo mi tiempo… demostrando cosas
Libertad… es la capacidad de errar, de decidir qué es lo mejor para ti, y sobre todo, asumir… asumir lágrimas, asumir risas, y asumir piedras que caen ahora después de que las lanzas… y no sirve de nada, correr y correr cuando la libertad que dices tener te hizo ser y querer, y por tanto,
Es complicado controlar las ilusiones… cuando ya las has perdido todas… es complicado explicar lo que es no tener ilusiones y creárselas bajo el más mínimo atisbo de esperanza… pero esta última te mata, porque te hace esperar algo que sólo tú has creado, y bajo este bucle autodestructivo, te encuentras perdido… y pierdes las
Alejarse del camino es motivo para preocuparse por la dirección de mis actos, ya no tan divinos… alejado de toda fe camino, errante para aquellos que necesitan un ser para dar sentido a lo que creen creer… pero pensar que hay algo después no me daría tantas fuerzas para aprovechar cada segundo que en mi