Suave… desde fuera… poco a poco, mi lengua, recorrerá tu cuerpo, hasta surcarla entre montañas, entre labios encarnados que me muerdan… viajes por tu cuello, mientras, mis manos, son parte de tu pelo. Repite estos versos, susurros, mientras las miradas acaban dentro, de los latidos que se arrancan, hasta la ropa, que te dejan, ahora
Barcos sin naufragios, náufragos sin islas… aves que no vuelan, aún con alas; y ángeles que se las arrancan… espejos rotos, encerrando tu mirada rota. Grietas que parecen arrugas, aún siendo joven. Y el silencio, que llega, y que deja, paso, al hecho… hecho, que espera, en tu cabeza, y que cuenta, los segundos, de
Puedo dejar aquí escrito, versos dirigidos a tu cuerpo… Puedo rodearlo con besos, y encontrarte entre kilómetros… No hay mares, ni océanos, no hay tierra, ni cielo… Porque cierro, los ojos, y es que te veo… no tengo, que perseguir sueños… tan sólo despertar, y verte de reflejo. No importa el agotamiento, ni ese parpadeo
Tras unas horas, el parpadeo se convierte en tu foto, y tu sonrisa queda entre aperturas y cierres de mis ojos… el insomnio, poco a poco me lleva a matar el tiempo, sin encontrar otro momento, para dejar aquí un texto… sin saber por completo lo que hacer, no consigo entrar a abrazarte entre parpadeos.
Tan flaco por fuera… …como por dentro… …un parpadeo, donde te veo… …puedo, hacer cumplir tus sueños… …pero, la realidad es que… …tengo tanto miedo a desaparecer… …que a veces temo a que me descubran de una vez… Todo un silencio… Para romper otro… Y poco a poco aparezco… Entro… Y me quedo en casa
En mi vida… en mis suspiros… en mis delirios… en mi poesía… en mi camino… yo no puedo luchar contra mí mismo. En mis palabras… en mis besos… en mis depresiones… en mis lágrimas… en mis recuerdos… yo no puedo ser el que siempre quiso ser. En mis ausencias… en tu presencia… en tu boca…