He perdido las palabras por el camino. Un silencio a paso, y no digo. Quién diría que en el temblor sería el mundo el que caería, y tu seguirías arriba. Esta vez no. Esta vez el suelo no lo toqué, ni me tuve que levantar; los vi caer, tras años, los vi caer. El camino
Mi vida quedó, impresa en palabras a rastras, de gritos que no dejan de sonar. Susurros perdidos por el eco de mi cuerpo, escondido en recovecos. Miro a lo lejos, perdido, viendo, como poco a poco, creyeron, y cayeron; para después callar al silencio, entre los gritos de mi peso. Tal vez, mi cuerpo, lo
Mentes… Pensamientos, perdidos, pre-dichos, extintos… me mantengo en sigilo, no dirijo, no ataco, permanezco impasible ante el tiempo. Material duradero, cual paso del grito, o del agua, que se abre paso, hasta llegar a romperos… no tengo n-migos ni a-migos, tengo palabras que quedan sin inicial, descabezadas, asesinadas… d-mentes, sin cabeza, buscando guerra. Que no tendrán,
Pensaban que era fácil. Escribir. Pensaban que tras el tiempo, dejaría de venir… Definir. ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Hasta cuándo? Y por qué no. Y por qué motivo más que mi ego, y mi lugar. Y por qué un final, porque no una eternidad. Llevo años escritos ya, y más, y a veces menos. ¿qué
Levanta, tras el presente que se te retrasa, y el futuro que se amasa… en un pasado que ya se pierde en trazas. Intentas avanzar, a pesar de la tempestad. Y el silencio, a veces, es el mayor de los retos… Yo no camino mirando atrás, ya bastante tropieza uno intentando ver el presente, antes
Déjalo ir, déjame ir… tiempo, déjate ir. Buscando en tus recuerdos y en mis neuronas muertas, perdido en a u s e n c i a s, allá donde se pierden las fuerzas. Levantas, como si toda la mierda, se soportara; luchas, aún viendo que las circunstancias empeoran. Te derrumbas, cada madrugada, envuelto en llamas,