Sopla el viento…
Y se pierden los días, y sólo el pasar de la rutina, afloran mañanas y quedan ganas, tras horas de insomnio infundadas. Masacrada, mi alma y mis fuerzas, pero quedan flaquezas donde sacarlas. Más allá de tu vida, queda la de los demás, que pasa, como alternativa que tiene que pasar. No hay ganas, pero