No siempre…
En noches eternas, todo encuentra su fin. Entre pensamientos de incertidumbre, no quedan segundos para la calma. Tu cabeza se llena de tic tacs inútiles, que eres incapaz de parar, pero que se dilatan en noches, justo lo suficiente, como para hacerte quebrar. Y roto, te desbordas por las grietas, sintiéndote indefenso, en la seguridad