En vano
Mirándote las manos, y arrodillado. Clamando al cielo, y con mi mujer, muerta, a mi lado. No es posible el cambio… El tiempo no conoce pasado. La vida, no conoce de justicias. Y en su último aliento, dejó escapar un «te amo», que murió entre mis brazos, mientras lágrimas derramamos. Todo, en vano. Su cuerpo