Escribo… Y no emito, retransmito, o me permiten hacerme el perdido. Vivo. Respiro y esas cosas que todos reímos. Siento, con todos mis latidos. Y las lágrimas no son suspiros. Me permito, no encarcelarme en paredes mentales, y las ideas, no vuelan perdidas, tienen pies y andan pegando gritos… pero no muerden, se muestran fuertes.
Resulta que las lágrimas donde todos creen ser lobos no sirven frente a uno que verdaderamente lo es… resulta que has de conocer que la humildad es un don y no hay que pecar de perfección. Asumir tu imperfección ya es un primer paso, para evitar esas lágrimas de sorpresa que te negabas a ver…
Muero y muero, suspiro a suspiro, verso a verso, esquizo en noches, escribo… tengo sueño, me muevo de un lado a otro, y no encuentro, concilio a mi agotamiento. Tu sueño, es mi día; mi día es mi sueño, y aquí el que no respira… ya está muerto. No es depresivo, es mirada buscando un
Uno menos, uno más, ¿qué más da, si te vas? ¿Qué más da, si al final, estaré mirando al mundo solo? Desde mi montaña de arrogancia y amargura, desde mi nube de egos que todos creen saber mejor que yo que los tengo… desde mi torre de babel, tan alto que ya dejarse caer, seguro