Y así te va…
Paupérrimos sonidos distorsionados, de gente hablando. Ecos que rebotan por mi cerebro, mientras pienso en evadirme un poco pensándote… mis palabras, a veces, se pintan crueles para aquellos a los que no me apetece escuchar. Y es que, puedo dejarte callado con sólo una frase, que te haga percatar, que la humildad es un privilegio