Sueña conmigo… deja tus sentidos conmigo, pierde esos latidos, junto a mí… perdidos, soñaremos que estamos hundidos, bajo sábanas, y que escapamos de todo lo que ahí arriba pasa… no dormimos, porque en sueños sigo contigo… y caminamos solos hasta el precipicio… no para caer, sino para ver el horizonte allá perdido, para susurrarte al
Tic hace el reloj… y se olvida del tac… suspiros se escapan sin volver a inspirar… miradas se clavan en algún lugar para poder pensar… la música acaricia mi alma mientras mi tacto golpea suave un teclado… preguntas y preguntas esperan sin obtener respuesta… mi reflejo en el espejo me hace recapacitar… «¿Quién soy yo?
Atardeceres… Grados en el asfalto… Ausencia de presencia… Y ausencia en tu recuerdo… Escape de responsabilidades… Límite… Insomnio… Loco… desequilibrado… Demasiado grande… Noches… pesadillas… Sudores y despertares… Mañanas en silencios… Recuerdos… Locura invadida por el inconsciente… Ausencia del habla y presencia de la mente… Mente que mata… Mañanas, esfuerzo permanente… Sudor de tu frente… Movimiento
Persigo mi sombra caer… entre los versos que dejan entrever… persigo mis sueños sin saber, que no sé que persigo… y los consigo, y los mimo, y los dejo, porque tal vez, todo vuelva a suceder… todo otra vez… el insomnio que no se sacia, las lágrimas que salen a altas horas de la madrugada…
Se crean vacíos por las pérdidas… no encuentro razones para completar mi conciencia, ni motivos para entender esta vida… se me acortan las palabras y los suspiros me envenenan, las miradas se alejan, y mi presencia ya no es más que ausencia… no hay complicidad en miradas furtivas entre personas desconocidas, que vagan a la
Sé que puedo besar el cielo con besar tus labios… y con movimiento lento de tu cuerpo despejarlo, desnudarlo y pintarlo de oscuro… añadiremos estrellas con susurros, lunas con poemas, caricias con miradas, y miradas que ponen silenciador a tus latidos… ya no nos queda nada, salvo encontrarte, y que sepas, que te estuve buscando