A veces vuelvo al silencio, de la noche, escribiendo. A veces pienso en el eco, de mi voz, en la oscuridad. A veces pienso, en despertar al grito, y no encontrarte. A veces, pienso… y me pierdo. A veces el tiempo, nos pone en lugar o nos pierde por completo. Yo camino en silencio, y
Siempre hay un amanecer… Un sol que aparece y da luz a tu soledad, un rayo de esperanza al que aferrarte, unos sentimientos a los que no dejarás marchar, una vida, a la que ya no quieres volver a reiniciar, personas que sabes que no están, que nunca estuvieron, y no estarán… es tan fácil
Cuando quedé ciego… aprendí a sentir. Ahora que veo, no veo lo que hay frente a mí. Más allá de la piel, de las caras y los gestos. Tras el silencio, un poco más allá. En mi caminar, son pasos hacia algún lugar… ¿ya estoy loco? ¿o es un poco más allá? Creo que es
Cada mirada, cada espejo que me atrapa. No hay palabras, de gritos entre armas, más rabia. Resurgir del suelo, es lo que hago para que unos tengan miedo. Mientras intentan a patadas, hundirme hasta el infierno… pero, el diablo vive allá abajo a lo lejos, ardiendo. No importa cuán fuerte grites, no hay salvadores en
Depresión tras presión hasta explotar. Somos dos, inmersos en mares, y me pudro por dentro, me muero, cavando por interno, tirando arena a mis bolsillos y perdiendo, el norte, por completo. Naufrago en tierra de nadie, mecido por el viento, yo surco mares en busca de muertes a errores, yo soy dolor de aquellos que
Son imperfectos… Razón para el error… Yo ya estoy muerto… Versos y versos… Vomitando de nuevo… ¿Piensas que es lo que quiero..? Pero estoy preso… De mis dedos… De mi mente… De mis voces… ¡Oh Dios salvale! Eso, sálvame… Llévame… Mátame… Libérame… De esta condena… Que ya no sé, ni por qué… Pero creo perder,