El diablo está detrás. No para de mirar. Yo sólo tengo que caminar, pero cada día es una caída más. Más cerca, cada vez más cerca, y parece que no puedo escapar. No hay piedad para el que no levanta, arde una eternidad. Y en contra de mi voluntad, suelo levantar, siempre una vez más, de las caídas que he podido saborear.
Tras el resurgir, pudo vivir, levantó tras el fin, y no pudo más, que esperar el retornar. No hay forma de avanzar, tras el dolor que queda atrás, pero ¿qué más da? Si tú, no vas a avanzar. Creer que eres algo, y estás estancado. Crees que eres fuerte, pero sigues ahí tumbado. Levanta, hijo, gritaba una
Atemporal, entre los ecos de mi libertad. Dentro de mi cabeza, te encuentras, casi sin respirar. Días que vienen y que van, noches que parpadean, entre el agotamiento, y las ganas de más. Dame tiempo, y no podrás con hechos… no podrás con hechos. Tú, entre el vacío de las horas pasar, verás la vida
Esto es así, el que no se levanta, se queda aquí, tras toda esta tierra, o esta mierda. Has perdido la luz, y es mucho esfuerzo el que queda. Ojalá (deseas) que las cosas tan difícil no fueran. Mis dedos pesan, del golpe decisivo ante las malditas teclas. Yo he tenido claro mi meta, y
¿A qué esperas?, ¿a ver las llamas de políticos gritando? La guerra no es la solución, la solución es la resistencia, arrogante, para encontrar la certeza de que ellos no van a ganar… levanta hijo mío, y resucita a la lógica, que las lágrimas son de aquellos que lloran por no tener nada que comer…
Hoy soy como el resto de los mortales… quejándome de un lunes. Pero no creo que la culpa la tenga el lunes. Es como si estuviera enfadado conmigo. Como si empezara la semana sin realmente ver logros que me permitan respirar. Lamentablemente este mundo se rige por algo que no son las ideas o los