Una mirada… tanto que no me dejaba, tras el tiempo y el paso, lento entre pasillos estrechos, he perdido el eco. Latidos, que se sienten en tus besos. Tiempos, que parecen eternos, en un malvado juego. Voy y no estás, vengo y te has ido, llego y apenas te tienes que marchar, te encuentro y
Fuerte acero. Constante tiempo. Latidos en su pecho. Besos de fuego. Versos de hielo. Ir más allá y no encontrar cielo. Ir un poco más allá y llegar a la nada. Mirar el resto y estar en vacío. Predicar con el ejemplo, en un mundo lleno de catetos. Textos es lo que tengo. Llévatelos puesto.
Miran fronteras y se quedan, ven esfuerzo y no luchan… una vida llena de defraudados, derrotados, que quedan amargados, tras la senda de miles de pisadas… atrás, allá puse mis recuerdos, y allá quedaron… mientras piso, cuerpos de los que quedaron… me abro paso, entre sollozos y borrachos, me abro paso entre ideologías escritas en
Ciego, ante pasos en silencio, y a oscuras… no hay gritos de miedo, hay pisadas, que te hunden hasta el cuello. Hay, tambores, que laten, por dentro. Suspiros, en noches, donde buscarte entre las sábanas, ya no es costumbre. Pero, proyectos, y proyectos, de esta mente, en constante crecimiento, es lo que soy. No puedo,
Pisar… hasta el crujir. Mientras el camino viene y va, gritar. Estoy tras, el silencio, de noches sin sueño. Atrás, después del firmamento. Donde todo es negro. Y los versos, susurros. Y los sueños, besos. Y los besos, latidos. Y mis latidos, tus suspiros. Y miro, el horizonte, perdido. Y me dirijo, rumbo fijo a
Hay días que no puedes, que deseas rendirte. Días donde pasas luchando, para llegar a ser algo, que no sabes muy bien. Tengo muy pocos amigos, perdidos entre falanges que fueron partidas… el camino, deja a aquel que no sabe andar, en un lateral. No quiero estar, quieto sin poder hacer nada. Gritaré, hasta dejarme