Había una vez un niño que tenía un sueño y fue su condena durante todo un cuento… el no creía que el cuento fuera a ser así durante toda su vida, entonces decidió cambiar el cuento por su cuenta… y fue decidiendo, tal vez no fueran las mejores opciones pero estaba harto de mandones, de
Siente… piensa… y atrévete… verso tras verso… del derecho o del revés… tú sabes ya quién… tu tienes el poder… control… de cualquier circunstancia que… tal vez… no te deje más que volver otra vez… Así es como te siento por aquí… róbame que yo no soy de aquí… ego, juega contra ti… y no
Refugiado tras la noche larga sin ti… me vuelvo a convertir en un animal… que busca una luna a la que aullar… y aulla… miro alrededor y huyo de mi… y huyo de aquellos que no logran entender, y aquellos a los que no logras hacer entender… pero… te das cuenta que es raro volver…
Miles de fantasmas rodeando mi cabeza… miles de lagrimas gritando «dejadme en paz»… miles de voces que me traen por el camino de la locura… miles de versos a la espalda… es el peso de las letras el que me llena de cansancio cada día cuando me levanto… sonrisa de niña que me enseña que
Si la virgen y Dios se me apareciera… no me asustaría, le haría preguntas… Si un espiritu está en mi casa… no me asustaría, le haría preguntas… Si el demonio quisiera matarme… no me asustaría, le diría que esperara, que tarde o temprano aparecería por el infierno para mi tortura eterna… Si unos alienígenas vinieran
Siente mi mirada ante tu sonrisa… mis prisas, que apenas me dejan deternerme a disfrutar la vida. Vivir tan deprisa no cansa, asfixia… y hace que quiera escapar de esta vida… me las sé apañar día a día… y la soledad ya no me tortura, es mi amiga… conmigo camina, y no me importa sonreir