Cada final de mi día despierto y el reflejo en el espejo me indica. Mi día termina con el empezar de un nuevo día; mi vida, pasa de sueños, a melancolía. Y el tiempo no espera, no mas que tú desesperas, cuando besos no llegan, y latidos laten con fuerza, rompiendo distancias entre tu cuerpo
Soy palabras, letras y gestos que en espejos se quedan. Soy el que añora tus besos y el que desespera en horas sin sueño. Soy tus besos, y tu deseo. Eres… mi sonido en los latidos, y mis fuerzas cada mañana. Soy eterno contigo y efímero a lo lejos. Y el silencio camina conmigo. Deliro,
Abrir los ojos y ser el reflejo de tu mirada. Empezar cada mañana, y terminar abrazado a tu espalda. Mientras susurros viajan mares, no existe distancia entre latidos y alma. Caminar con fuerzas para alcanzarte, y no temerle a nada… si hace falta cavar un agujero y cruzar la tierra por medio, no dudaré en
Toda soledad se lleva con peso y esmero, colgada a la espalda… más bien te agarra al cuello mientras andas, y el peso te aplasta… la verdad es de distinta tonalidad, depende de lo que quieras ver, de lo que quieras sufrir… o menos o más, tú dirás. La razón se me quedó en mi
Retirado y en silencio, es la vida, en suspiros, lo que pierdo. En dos metros, que se hacen inmensos. Mientras el tiempo, en noches al descubierto, me consume, en noches sin sueño… Con tu sonrisa como espejo, grabado en el espacio; en la pared frente a mi tiempo, aunque la noche, me pase factura luego.
Él vivió un mundo de mentiras, de auto engaños que lo llevaron a la ruina. Él no sabía que un tercio de su vida, no sirvió más que para cavar su tumba. La vida no le sonríe y se queja, pero es demasiado esfuerzo luchar por algo, y fácil no hacer nada y dejar pasar