Tic hace el reloj… y se olvida del tac… suspiros se escapan sin volver a inspirar… miradas se clavan en algún lugar para poder pensar… la música acaricia mi alma mientras mi tacto golpea suave un teclado… preguntas y preguntas esperan sin obtener respuesta… mi reflejo en el espejo me hace recapacitar… «¿Quién soy yo?
El golpe de mi dedo contra la pieza del tablero… la caída de un rey aún teniendo a todo su ejercito… en el comienzo del juego, dejo el juego… mi espejo roto refleja mi derrota o mi abandono… mis suspiros, la desilusión… mi cuerpo abatido, es síntoma de las pocas fuerzas que restan para continuar…
Persigo mi sombra caer… entre los versos que dejan entrever… persigo mis sueños sin saber, que no sé que persigo… y los consigo, y los mimo, y los dejo, porque tal vez, todo vuelva a suceder… todo otra vez… el insomnio que no se sacia, las lágrimas que salen a altas horas de la madrugada…
Y es que a veces, esto pierde el sentido para mí… esto y tantas cosas más, que ya no entiendo a razón. Pero sigo aquí… sin saber que decir… sigo aquí, nervioso ante ti, sin poder gritar. Sigo aquí, una vez más. Esperando tal vez, lo que la realidad nunca me traerá… deseando tal vez,
– ¿Por qué no te gusta hablar? – Porque no… ¿te vale la respuesta? – ¿Por qué te alejas de la gente? – Porque quiero seguir siendo un depresivo y amargado con tendencia a pensar en el suicidio… y si tengo a gente a mi alrededor me distraerían del objetivo principal de mi vida. Nah…
– ¿Por qué yo? – Tal vez no me encontraras tú… tal vez yo quisiera que me encontraras… pero tú prefieres pensar que fuiste la que me encontró… tal vez yo no lo vea así… yo ya me había fijado en ti antes de que decidieras dar el paso… es verdad, tenías razón… pero, por