De cuerpo invertido
Correa en tu cuello, perros, sacando a sus dueños de paseo. La cárcel en tu casa. Ladrones libres mientras tú, cada día más preso. Versos en el tintero, ahogándose en su propia tinta. Tú, mordiendo tu propia mano. El odio huyendo de tu puño, y las paredes pagando por pecadores. La sangre hirviendo para nada,