Un día una pareja que paseaba por la playa… ellos iban agarrados de la mano… en silencio… solo paseaban… entonces… – Alguna vez pensaste que fuera así… – dijo él. – No – respondió flojito ella, y su abrazo lo dejo casi sin respiración a el. – ¿Eres feliz…? – le preguntó el a ella.
Shh.. no hagáis ruido, que no quiero que se despierte. Deja que duerma, deja que esté tranquilo…descansando, en ese sueño profundo. Él duerme. Mis ojos se cierran. Su respiración me relaja, me ayuda a descansar, a llegar antes a ese limite entre estar consciente e inconsciente. Me ayuda a dormir. Y a no querer despertar.
Estoy perdido… pero me encuentro entre sus brazos… no quiero bajar… sigo aquí arriba… volando… miro hacia abajo… y la abraZo… no se por qué cada segundo que pasa mi vida se hace más dependiente… más… por qué sentirme mal… cuando lo tengo todo… por qué ansiar cada veZ más… por qué quiero más… quiero
Acudo a ti cada vez más frecuentemente… necesito escribir… a veces triste… a veces alegre… a veces enamorado… enamorado… siento como todo se hace más lento… cada segundo dura más… cada hora parecen días… y yo aquí… pensando… reflexionando… creo volverme loco… creo que mi cabeza se acelera… necesito gritar… bueno… necesitaba… hace unas horas…
«Toc… toc… ¿se puede?»… Muchos empezaron su andanza con el doctor así… con miedo… no se atrevían a mostrarle su alma al doctor… pero el doctor siempre se las apañaba para hacer que el paciente le abriera su corazón… para que él pudiera mirar sus recuerdos… aquellos que se convertían en espinas… más grandes o