O te llevo a rastras…
El diablo está detrás. No para de mirar. Yo sólo tengo que caminar, pero cada día es una caída más. Más cerca, cada vez más cerca, y parece que no puedo escapar. No hay piedad para el que no levanta, arde una eternidad. Y en contra de mi voluntad, suelo levantar, siempre una vez más, de las caídas que he podido saborear.