Hombre ciego, soledad en pasos de perro, lobo descompuesto, en versos de texto. Vida de hombre, entre millones que asolan, guerra a deshoras, cuando todos duermen, guerras propias tocan. No hay final válido, ni destino cambiado. Dejaré de creerme, si así consigo vencerme. Eterno demente… creo haberme separado, de mente en bipartito. Soy uno… Y
Se dice qué, se habla de, sombras que vienen, tinieblas que perecen y nacen de llantos de hombres nobles que lo pierden todo, memeces. No merecen, y perecen, en silencio ante el agotamiento, y desaparecen. No entiendes, pero es demente, acto de un inconsciente, perdiendo los papeles. Deberes, yo no tengo rehenes en arenes, ni
No puedes ser la imagen prefabricada que tengo de ti. No puedo no creer en mi imagen prefabricada de ti, no quiero conocerte, ya tengo un conocimiento inventado de ti… loco, esquizo, demente… ¿qué más da? Si voy a desaparecer, y ya no sabrás más de mí… si yo ya no sé ni lo que
Bajo noches somos poetas urbanos, nos escondemos del mundo, por defensa, tenemos cabezas abiertas, al alcance de cualquier persona. Andamos solos entre humanos, ya no damos manos y punto, sólo gritamos con voces como emblema, ya somos problema y tortura. Y es que la enfermedad asola a las mentes, dementes sedientos de sangre de gente,
Yo puedo escribir, tantas rimas que desistas a mí perseguir, ¿yo soy Dios y tú quieres llegarme a la suela metiéndote conmigo?, si tu no eres nadie, sólo imbéciles luchan contra reyes, sólo pésimos creen ser mejores que los que le metieron en esto. Yo, respeto, a los que me traen rimas nuevas a mi
Desapareceré… me perderé entre mentes, y dementes… seré un solitario y amargado deprimente… perderé la cabeza entre papeles, mi salud se deteriorará, mi cuerpo comenzará a sufrir los placeres de la enfermedad… el sueño, mi condena por no saber si cerraré los ojos o no los volveré a abrir más… desgastaré mis dedos en teclados…