Recorren mis labios tu piel, entre deseos de ayer, sin querer, abrir los ojos y ver. Acarician mis manos tu cuerpo, cerca de mí, entre susurros, tu cuello. Más allá del ser, es puro silencio lo que vivo dentro. Y es, parte del recuerdo, lo que dejo con el tiempo. Vivo más allá del presente,
El camino no se hace al andar, se hace al llorar y luchar. Dispuesto a la deshidratación… las fuerzas no hacen mención de honor. Soy yo, tarde o temprano, el que ha de caer. Pero los versos, son de pena, y la mentalidad de guerrero se encuentra en debacle. El tiempo lento, ante, el pensamiento,
Eterno predecir del tiempo, versos en clave, depreso por momentos, hundimiento bajo cimientos… oscuridad por momentos, lobos en mis sueños, castigo de cráneo fundido por exceso, huyendo en delirios, y despierto, respiración forzada hasta que recupero, noches de un lado hacia otro, agotado, miro y observo el mundo, por mi ventana, cuando no existen… porque
En la oscuridad, de crujidos sueños aguados, el silencio rompe el placer convirtiéndolo en dolor. Estremecido entre vaivenes de ira intentando controlar mi vida; movida, por olas en plena tormenta y sin comida. Atrapado en mi piel, roto en huesos y quebrados los latidos… ciego en la oscuridad me dirijo, y sin miedo, a tropezar.
He ahí el tiempo… desafío de caballeros que quieren conquistar un mundo en una pizca de su cuerpo… su omnipotencia, contra mi insignificante vida. Preso del verso y de ilusiones, yo no puedo más que aceptar mis medios… preso de mi cuerpo, yo no puedo más que luchar hasta el límite de mis fuerzas. No
Y cerrar puertas al pasar… sacar a trozos el corazón y vomitar, condenar la vida a llorar, y andar. Cerrojos y más cerrojos sin importar lo que proteges o de lo que tengas miedo que vaya a pasar. Los pasos se borran hacia atrás, tus ojos no saben ver adelante, y tu cuerpo está tirado