Hi… Vine para dejarme atrás, un año más. Desmembrar, mi cuerpo y tirarme. Más allá, donde mis piernas no se puedan levantar. Me perdí, entre el espacio de mis partes, para sentir el vacío que se siente al romperse. Por completo. Por defecto. Para volver a volver. Reconstruirte de nuevo. Una nueva versión mejorada, y
Mi vida quedó, impresa en palabras a rastras, de gritos que no dejan de sonar. Susurros perdidos por el eco de mi cuerpo, escondido en recovecos. Miro a lo lejos, perdido, viendo, como poco a poco, creyeron, y cayeron; para después callar al silencio, entre los gritos de mi peso. Tal vez, mi cuerpo, lo
Versos derramados por los suelos, tinta, a goteo, por mis venas. Esperando, que el tiempo no me deje de nuevo… lágrimas de papel, que no sirven para escribir en este momento. Suspiros que rompen latidos, quiebran tu voz, y te dejan sin aliento. Respirar, tan profundo, que vuelvas a abrir los ojos. Tan lejos gritar,
Escribo, más bien describo, vida escribana por tu cuerpo… soy tinta en tu olvido, besos en tus párpados detrás, cuando en tus sueños estoy contigo. A besos por tu cuerpo, persigo, a los centímetros de vida, sabor a gloria de tus labios, junto a mis labios… agua, en tus brazos, no, no hay océanos, ni
Predícote, de verso a verso, para ver, bajo lineas entre rimas, y susurros de besos entre silencios. Todos quieren sonar, pero no emiten sonido en textos. Son sólo ecos, de cuerpos que chocan en la noche mientras los gestos dan paso a espacios entre palabras… cada mañana, es la ausencia personificada, mientras la palabra toma
Al final del día me debo, más vida que muerte. Me quito el eco de la cabeza, y desconecto los cables de mi cuerpo, vengo como persona, que al principio del nuevo día se acuesta, satisfecho del ayer. Y despierto, al igual que tú, dispuesto a enfrentarme al día que comencé durmiendo. No puedo más