El cuento del tuqueque
Érase que se era, una vez, un tuqueque que se destierra a la parte trasera… vivía mordiendo tu cachete siempre que te distrajeras. Érase… que se fue a descubrir tierras nuevas, que el tuqueque empezó la conquista de tu piel, ya que con mordida, tu sonrisa, era vida para el que la viera. Y tu