Heme aquí…
Heme aquí, desnudo de mí, y delante de ti, sin saber aún que será de mí. Heme aquí después de morir y descubrir que para vivir, sólo hay que desear no existir… y estuve allí, viéndote a ti, y perdí los suspiros que se quedaron retenidos admirándote, perdí latidos que gritaban tu nombre, y deduje