¿Cuántos… a escondidas pasan noches leyendo temores que recorren mis venas? ¿Cuántos… creen ver escrito lo que yo una vez sentí… tantos, tras el telón, y yo aquí escondido? ¿Cuántos? Un puñado de años, constante y escribiendo, día tras día, y heme aquí desnudo… cubierto de tinta… la verdad, es que este lugar no es
Es la desesperación de una mente perdida entre tantos, cuántos, no os habéis sentido perdidos en estos caminos y habéis deseado desaparecer por el método más rápido, cuántos… yo no estoy preparado, para salir al mundo y andar enfrentándome a tantos, por eso callo, espero al momento adecuado, pero cuando hablo, hago daño, por eso,
Y llegará el día en que despiertes y no sepas quién eres, a quién tienes a tu lado, con quién vives o a quién amas, llegará ese día y te asustarás… tu latido comenzará a acelerar, tu respiración resultará con dificultad, ganas de vomitar, el suelo bajo tus pies se mueve y caerás… y cuando
-¿Pero… qué es lo que te molesta de mí?– dijo el niño al grandullón que le había tirado al suelo de un empujón -¿Por qué? … Tu cara es demasiado limpia para este colegio… – y el niño no supo saber de qué hablaban todos los demás niños del colegio. El niño no sabía por
Sonidos de desesperación… Odio esta maldita sensación… Suicido a mi mente en cada escrito… Seré el que no busque… O dejaré correr al tiempo… Sentidos se irán perdiendo… Sonidos de bombos revientan mis oídos… Oculto en mis dominios… Soy lobo y aullo en delirios… Ahora imagino que tu boca recorre mi cuerpo en sueños, me
Tarde en la noche… muy tarde… después de gritar socorro, también es tarde… ya he llorado, y mis lágrimas me han abrazado. No sé estar solo, pero es a lo que me veo obligado… he visto pasar mis horas de un lado para otro, de la habitación, al salón; del salón, a la habitación… he