Mirándote las manos, y arrodillado. Clamando al cielo, y con mi mujer, muerta, a mi lado. No es posible el cambio… El tiempo no conoce pasado. La vida, no conoce de justicias. Y en su último aliento, dejó escapar un «te amo», que murió entre mis brazos, mientras lágrimas derramamos. Todo, en vano. Su cuerpo
Un tremendo dolor… de cabeza y de corazón bajo una tímida voz que rompe mis lágrimas en el abismo de mis ojos… un tremendo dolor que me deja sin respiración, sin voz, sin pensamientos buenos y sin latidos por los que continuar escribiendo… intento continuar… intento desnudar mi alma, mi mente se satura de calmas,
Pod?s abordar el tren de los lamentosmecerte en la brisa que arropa con su alientocreer las mil mentiras de mi mente obsesivacon el dulce placer de tu ternura cautiva Puedo dar tantos pasos como quieranadar en lagunas de simples deseosromper tu miedo deseo como fierahasta alcanzar la altura de los cielos No solo pongo («mis»)