Y el tiempo quedó perpetuo, entre versos que quedaron mudos en tu cuerpo, inconscientes del resto, inconscientes del daño que está sufriendo… no reparan el peligro que pueden estar sufriendo… por los tiempos, muerte es joven, y la guerra está en sus pechos… valientes cruzando por los mayores desiertos, justicias como pisadas, y ausencia en
Un adiós, un tiempo, versos perdidos en el tintero… mis manos hundidas en mi pecho. Un agotado cuerpo de agua entre pensamientos. Una meta, y tanto esfuerzo… tan poca ayuda en mis pasos, que creo no llegar a ningún lado. Pero en tierra de nadie, mi bandera es mía y mis pasos, eco del silencio.
Levanta… levanta porque nadie más lo espera. Lucha ajena, entre demonios que deterioran vidas repletas. Nadie más lo espera, tu vida, a pesar de la miseria. Dolor, en derechas; ganas, en izquierdas, pasos a caídas, en pesadillas. Perecederas ganas, seguidas de toces como alarma. Ya no quedan ganas… ya, no queda nada. Mientras resucitas de
Salir, fuera de mi cuerpo, que queda prisionero aquí. Salir y escapar, sobre el asfalto, deslizar, mientras me invade esa sensación de paz. El mundo lento pasa a mi lado, me da tiempo observar, yonkis aparcando coches, vagabundos tirados o recogiendo basuras, gente que corre a mi lado, personas que disfrutan en compañía un sábado…
El mundo está lleno de fracaso… fracasados que naufragan y tantos que se están ahogando… otros que tragan tanta agua, que se ahogan y se quedan sin palabras… el mundo está lleno de personas que se cuelgan sus propias medallas… y esos son los que se ahorcan con el peso del yerro que cuelga de
Queremos cambiar al mundo… queremos hacer algo quietos, queremos cambiar guerras por estrechamientos de manos, desde casa sin mover un dedo… nos quejamos desde el alba hasta el anochecer, y lloramos por nada… nos quejamos de la vida, y no hacemos nada… mientras creo que lo que escribo servirá para alguien… pero, los que necesitan