Desde que todo se ve negro… Entiendo que los colores no tengan efecto… Todo es cuestión de verlo… Entonces yo sólo quiero… Negar lo que en realidad deseo… Depender de tus besos… Respirando tu aliento… Entre el latir de un «te quiero»… Entre el tic tac del secundero… Las miradas se encuentran cuando despierto… Tuve
Tal veZ no puedas soportar y tengas miedo a las Sra. Soledad… cansado de correr, esta veZ decides parar… – Hola, ¿qué tal estás? – le preguntas a Sra. Soledad – No entiendo esa insistencia tuya en quererme atrapar… – ¿Yo? – Se sorprende ella ante mi insinuación culpatoria – Yo jamás te he querido
Escuchas palabras que te atraviesan y desencajan tu cara… ya no crees ni en lo que hablas, no sabes ni por qu? te empeñas en continuar tu andanZa… puedes pensar en miles de palabras, pero no tienes ganas de gritar… no tienes fuerZas para hablar m?s, quieres permanecer callado, y dejar pasar todo hasta terminar
Introducción: * La promesa. CapÃtulo I: El BOSQUE â Ciudad Koiri * IntroduccÃon. * Ciudad Koiri. * Los ni?os crecieron. * Recordando. * Los preparativos. * Comienzos de un guerrero. * El primer combate. INTRODUCCIÃN: La promesa. Entre el espeso bosque, se distinguÃan dos siluetas de lo que parecÃan dos pequeños niños jugando, situados en
1ª Parte El asesino se encontraba en una tétrica sala de interrogatorios de la cárcel de máxima seguridad de algún lugar de Japón. Su aspecto era muy penoso, su pelo sucio y grasiento, muy largo, cubriéndole la cara. Era de un gris viejo, pero era difÃcil adivinar su verdadero color, pues más bien parecÃa negro
[quote]Muchos escritores conocen la regla de la escritura, pero no saben escribir…[/quote] Qu? me importa la vida cuando la agobio con todo aquello que no me motiva? cuando aquello que quiero, no lucho por ello, y cuando las cosas f?ciles de conseguir me veo impotente de conseguir? lucho por mi? ego?sta en este mundo, yo