Y de tempestades no se vive, entre mareas siempre queda aquello que se aleja, el que se deja llevar a alta mar y no llega, a ver tierra en mucho tiempo, se arriesga, y muchos se convierten en botellas… sin mensaje, y otros en cofres, ahogados de monedas, que jamás nadie encuentra. Debajo del agua
Es la ausencia, de este mundo, mientras camino a expensas, de las pocas fuerzas que quedan… las noches son eternas, mientras el silencio conquista la Tierra, tu ventana se vuelve más abierta, tus ojos se clavan en la nada, y tu mente se vacia… mi cuerpo se calma… y mis preguntas se paran… ya no
En la noche, mi más terrible enemigo, soy yo mismo. En mis versos, no hay destino, me repito, año tras año, mes a mes, día a día, y no soy el mismo… me persigo, por mis adentros, hasta revolver todo aquí dentro y salir corriendo. Cierro, la puerta por fuera, y fuera es donde está
Qué importan deseos, sueños o objetos… qué importan las ideas que caen, los sentimientos que lloran, las lágrimas que escapan de ti… los mocos, se te acumulan en el cerebro, no sabes que pensar cuando tú eres tu propio problemo, lucho contra mi cerebro, y debería dedicarme a romperlo… golpearlo contra una pared hasta dejarlo
Aún recuerdo, mientras te leía inmerso en verde, en aquella sala antigua de informática que ya está desaparecida… yo aún no sabía cuantas cosas pasarían, cuanto nos pareceríamos pero yo te entendía… escondías mucho con tus pequeñas botellas perdidas… después de unos años ya casi te conocía, y después de verte me asusté de la
Embriagado de tu olor, y preso de la ilusión, soy un lobo soñador. Terrible es el dolor que ahoga estos ojos y no dejan caer sus párpados junto a los sueños, terrible es el tiempo que da un tic hacia delante y un tac hacia atrás. Ya las cosas ínfimas me atraen más, pasos, suelos,