Son imperfectos… Razón para el error… Yo ya estoy muerto… Versos y versos… Vomitando de nuevo… ¿Piensas que es lo que quiero..? Pero estoy preso… De mis dedos… De mi mente… De mis voces… ¡Oh Dios salvale! Eso, sálvame… Llévame… Mátame… Libérame… De esta condena… Que ya no sé, ni por qué… Pero creo perder,
Dime ¿de qué sirve ser poeta en tierras ajenas, en un lugar donde la mirada se pierde buscando letras, cabezas? Desesperas… y la falta de fuerzas es tu lema, competición, si no hay rival no hay don, y poco a poco crezco pero lento, ante la actitud de años en los que los escritos siguen
Y te miras y sólo ves una meta… miles de pensamientos pasan por tu cabeza, miles de imbéciles contra los que luchar… ya las pesadillas vienen a molestar… estás cansado, cualquier día sabes que vas a explotar… y mientras unos juegan a creer que la vida es así, yo lucho por sonreír… pero ni aún
Mientras se encontraba en la parte más sombría del bar, completamente apartado de las otras mesas y de la barra, bebía sorbo a sorbo su café con leche caliente, que siempre le pedía a la misma camarera, la única, que se atrevía a atenderle. Corrían muchos rumores sobre él… que venía sólo por la camarera,
La lluvia cae, tu mirada se pierde por las gotas que empapan el cristal de tu ventana, y tu cabeza ya no piensa en nada, se adapta, se acostumbra a controlar sus deseos, pero no sabes por cuanto tiempo. Intento no volverme loco metido aqu? dentro, pequeño espacio, siento como me falta el aliento. Este
1ª Parte El asesino se encontraba en una tétrica sala de interrogatorios de la cárcel de máxima seguridad de algún lugar de Japón. Su aspecto era muy penoso, su pelo sucio y grasiento, muy largo, cubriéndole la cara. Era de un gris viejo, pero era difÃcil adivinar su verdadero color, pues más bien parecÃa negro