Me encuentro, en noches, de viento… sentir estos dedos, fluir por dentro… poco a poco mientras pienso, en todo aquello que fue, y ahora ya no tengo. Los años pasan, el tiempo perdona, y el lugar, se ocupa; cada cual, en su sitio. Sin más, que versos, que escribo, me doy cuenta que pervivo, sobrevivo,
En noches sin adiós… en besos sin despedidas… en cosas tan sencillas, que ya he aprendido a apreciarlas demasiado… Pequeños deseos que muchos obtienen y no saben detectarlos… creer vivir condenado, cuando tu solución es simplemente la espera… hasta odiar el tic tac del reloj, el silencio ensordecedor que taladra tu mente hasta escuchar el
Suave… desde fuera… poco a poco, mi lengua, recorrerá tu cuerpo, hasta surcarla entre montañas, entre labios encarnados que me muerdan… viajes por tu cuello, mientras, mis manos, son parte de tu pelo. Repite estos versos, susurros, mientras las miradas acaban dentro, de los latidos que se arrancan, hasta la ropa, que te dejan, ahora
Son estos versos, que a pesar del tiempo, y de cambiarlos por sueños, espero, que lleguen bien lejos… tanto, que no pueda verlos, como los susurros que ella, Llena, escucha desde este lugar. Compartimos el mismo cielo, y los mismos sueños… pasamos, desde tan poco… a todo, sin ese agotar, que acaba con todo. No
Todo el tiempo, concentrado en dos… tu, y yo… seremos uno, mi amor. Cuando, el sol, caiga, y nuestros besos sean continuaciones de nuestros labios… las miradas, salvarán distancias. Tú, en mis ojos, al amanecer… será lo que persiga cada mañana… cada día, hasta que mi vida sea acabada… porque tu sonrisa, será mi vida;
Cuántas, lágrimas, caerán sobre mis dedos escribiendo… Cuántos, besos, cuento como suspiros, y no te tengo… El tiempo, de noches, eternas, me devoran por dentro… Y tras el silencio eterno, no duermo, un dolor en mi pecho, y estos pensamientos que te buscan por cualquier lugar… y no te encuentro. Me estoy muriendo… literalmente… me