Puedo ser el viento que enfría tu piel después de que el sudor la haya empapado y tus ojos no puedan permanecer cerrados, porque tu respiración se acelera por momentos, al ver que mis labios vuelven a besarte de nuevo. Puedo ser los brazos que te agarran fuerte por detrás y comienzan a subir tu
Yo soy el Dios de la Soledad, sonrisa que crea tu sonrisa, cuando las lágrimas brindan, entre las almas perdidas de amigos que desisten entre tanta y tanta codicia. Atormento a las lágrimas… a la melancolía, por una realidad utópica pero posible, por unas cosas tan sencillas, que asusta no poder conseguirlas, y mientras… mientras,
Puedo saborear tu piel, en cada lamido de mi lengua por tu piel, en cada susurro donde me acerco a tus lábios, y tus ojos van hacia abajo, en cada instante que quiero que tiembles de placer, no tengas miedo, simplemente déjate llevar, que yo haré el resto, te haré volar entre textos perdidos, entre
De repente un vacío se hizo en sus oídos, frente a él, tenía a una mujer que le estaba gritando, y a la que no llegaba a comprender, sus manos se movían en todas direcciones, mientras él se preguntaba por qué tenía que aguantar esto. Ya no había amor, ni siquiera sabía por qué aún
Y miraba su café mientras su calor se escapaba, quedaba un sorbo para volver a dar la cara, y salir a ese mundo que siempre… siempre le daba la espalda. Estaba cansado de pasar su vida a solas, y tan sólo tenía unas décadas para poderse quejar. Pero necesitaba tanto sentir la confianza, y el
Son demasiadas las cosas que uno tiene que aceptar… demasiado que olvidar, y demasiado por hacer. A veces todo lo que te rodea hacen que las cosas salgan mal, y yo necesité escapar… y escapé y regresé y ahora me arrepiento de volver, y mi deseos son los de volver a escapar y desaparecer. Ha